martes, 25 de septiembre de 2012

Capítulo Seis.

Despierto, en toda la noche casi no he podido conciliar el sueño. Quiero pensar que todo es una horrible pesadilla, que Sue estará aquí para darme los buenos días, para decirme lo mucho que me ama, para despertarme con besos. Pero no es así, ella no está, se la han llevado, estoy seguro.
Aún recuerdo aquel día en el lago Erie, estaba preciosa, como siempre. _Había preparado un picknik y nos sentamos a la orilla del lago. No es que a Sue se le diera demasiado bien la cocina, de hecho, se le solía quemar la comida, pero a mi me gustaba.
Porque ella la había preparado para mi. Habíamos comenzado a salir y ella aún no era capaz de mirarme por mucho tiempo a los ojos, siempre bajaba la mirada y reía, con las mejillas sonrojadas, y un brillo en los ojos, joven. Ni rastro de aquellos ojos grises , la última noche que la vi.
Iba vestida con un peto vaquero, gastado, que ella misma había decorado a su gusto, el pelo corto y suelto, como siempre, poco maquillaje y una camisa de cuadros rosa y blanca. Recuerdo esa imagen perfectamente.
Era primavera y ya estaba anocheciendo. Tras haber pasado la tarde comiendo, hablando de nosotros y riendo, ella decidió meterse al agua. Yo le dije que no, que era peligroso, podía haber animales o bichos extraños.
Ella comenzó a reírse y desde aquel día me di cuenta de que me había enamorado del sonido de su risa, y con unos ojos llenos de vida e ilusión, me dijo: “Si sigues teniendo miedo de todo nunca vivirás” y me sonrió, nos quedamos así un tiempo, nunca olvidaría esas palabras.
Me desnudé y la tiré al lago conmigo, ese día ella me besó en la mejilla y desde entonces me di  cuenta de lo especial que era y de lo feliz que iba a ser con ella.
No me equivocaba, los dos años que he pasado con Sue han sido los mejores de mi vida, ninguna mujer me había hecho sentir lo que ella.
Sin embargo, ahora ya no estaba. Si quería encontrarla, tendría que buscarla, si nadie iba a ayudarme, lo haría yo solo.
Suena el teléfono e inmediatamente me sobresalto, lo miro, el señor Patterson.
-¿Diga?
-¿No le quedó bastante clarito con la conversación que tuvimos ayer? He llegado a la oficina y los informes aún no están aquí.
-Disculpeme señor Patterson, he tenido problemas personales.
-Tus problemas personales me traen sin cuidado,reune los informes y traelos a mi oficina antes del medio día o te arrepentirás.-Dicho esto, cuelga.
Tengo que trabajar mucho, apenas me dará tiempo, pero me pongo manos a la obra, intento no pensar, intento concentrarme, centrarme en el trabajo. No se para que querrá mi jefe todo esto, él sabrá.
Tras dos horas de intenso trabajo, por fin termino el papeleo, me visto y me dispongo a salir. Conduzco tranquilo, aunque no se si debería, puede que mi trabajo esté en juego, no se si me importa, sin Sue mi vida está absolutamente vacía.
Cuando llego a la oficina, está casi desierta, es la hora del descanso, por lo que la mayoría ha salido a comer.
Llego al despacho del director y e planto frente a la puerta, carraspeo y toco la puerta.
-Adelante- dice su voz, agria y seca.
Me coloco adecuadamente la corbata y me dispongo a abrir la puerta, no se por qué, pero empieza a temblarme la mano. Abro, allí el señor Patterson se encuentra sentado en su sillón con las manos entrelazadas y bajo la barbilla, no puedo creer lo que ven mis ojos, sobre el escritorio, sentada, se encuentra Sophie, la hermana de Sue.
Sophie viste un vestido negro corto, unos tacones altos y lleva el pelo recogido en un moño; al verme se baja inmediatamente del escritorio está palida y seria.
Yo, que me he quedado paralizado junto a la puerta, al fin reacciono y entro en el despacho, cierro la puerta a mi paso. El señor Patterson me invita a tomar asiento y yo obedezco.
-¿Le apetece un café?-dice Sophie, mirándome y fingiendo una absurda sonrisa.
Niego con la cabeza y le devuelvo la misma sonrisa falsa.
Puedes retirarte, concluye Patterson, Sophie sale del despacho con aires de superioridad.
Me quedo un rato pensando, sin todavía creerme lo que acababa de pasar, Sophie ahora trabajaba en la empresa, y no solo eso, ella ocupaba mi lugar, era la secretaria del señor Patterson.
-Stuart ¿traes lo que te pedí?-dice, serio.
-Sí señor- respondo nervioso, dejo caer sin querer algunos papeles de la carpeta, los recojo rápidamente y de nuevo los introduzco en la carpeta, ahora sí, se lo entrego.
-No esté nervioso Stuart- dice riendo, mira los papeles por encima y los introduce en un cajón de su escritorio, el silencio se hace incómodo e insoportable y por fin habla.-Stuart-hace una pausa y mira al bolígrafo que tiene en su mano, como pensativo.-lleva dos días sin venir a trabajar- ahora sí me mira, con los ojos como platos, yo me siento intimidado y bajo la mirada.
-Verá señor, he tenido problemas- se me encoje el alma al tener que explicar todo de nuevo, al tener que recordar que mi novia se ha ido, sin que yo pueda hacer nada para evitarlo, que he perdido al amor de mi vida, quien sabe si para siempre.- mi novia ha desaparecido señor.- ni se inmuta, realmente parece importarle muy poco.
Se levanta y comienza a dar vueltas por el despacho, tranquilo.
-Sophie ahora es mi nueva secretaria- dice mientras mira por la ventana, se me forma un nudo en la garganta que dificulta mi respiración.-Voy a...- hace una pausa para mirarme- ascenderte Stuart.- no puedo ocultar mi cara de asombro y él por supuesto lo nota.
Vuelve a sentarse en su sillón.
-Su rendimiento en estos últimos tres años ha sido asombroso y me gustaría que subieras tu cargo a agente directivo, ahora sí, no quiero estupideces, si quiere conservar el puesto, tendrá que tomarselo en serio y trabajar duro. Esta empresa va a convertirse en su familia y su hogar, empieza este Lunes ¿Qué me dice?
Me acerca el contrato junto con un bolígrafo. Debería pensarlo mejor, pero bueno, una oportunidad así no se presenta todos los días, no podía dejarla escapar, tenía que pensar en el futuro y ahora que sue no estaba...
El señor Patterson me mira impaciente y agita la pierna izquierda, a su vez, deja ver una sonrisa que muestra sus dientes amarillentos y sucios.
Sin darle más vueltas, firmo el contrato y me lo retira inmediatamente, sin dejarme leer nada.
-Quiero que hagas un trabajito en estos días que te doy libres, te mandaré un e-mail con los detalles.-dice mientras se levanta de su sillón y con la mano derecha me indica que abandone la oficina.
Salgo pitando, asustado quizá, bastante confundido, en la puerta está Sophie, parece que lo haya estado escuchando todo, se asusta al verme. Me sonríe, ahora sí es una sonrisa verdadera, no se la devuelvo, y salgo corriendo del edificio, pensando quizá en la nueva vida que me espera.





1 comentario:

  1. ¡Hola! :)
    No me había podido pasar antes pero acabo de leer el capítulo y me encanta. Espero que la continúes porque está historia promete. Si lo haces avísame por tuenti (soy Blog Pensamientos de Adolescencia).
    Besos.

    PD: Espero verte por mis blogs. ;)
    Sollozos En Mitad Del Bosque
    Pensamientos De Adolescencia ∞

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