lunes, 23 de julio de 2012

Capítulo Cinco.

- Joe ¿eres tú?- dice con una voz dulce y suave. Es extraño que me haya reconocido, al parecer no estoy tan loco después de todo.
- Sophie, ¿me reconoces? Quiero decir... Sabes quien soy ¿no? ¿te acuerdas de mi?- Sophie me mira un poco desconcertada, no parece saber a que me refiero.
-Claro que me acuerdo de ti ¿se puede saber que te pasa?¿qué haces aquí, tú solo?- De repente, he sentido calma, es como si Sue hubiera vuelto, como si estuviera en casa, esperándome. Quizá Sophie pueda decirme donde está.
- ¿Sabes algo de...?- ni siquiera ya me atrevo a pronunciar su nombre.
-Sue.- no dice nada más y baja la mirada, estamos así durante varios y minutos, al fin se decide a mirarme.- ¿Te apetece acompañarme a mi casa? Está cerca de aquí, en dos minutos habremos llegado. Así podremos hablar tranquilamente.
Sin más, asiento y me meto en el coche, fuera hace frió y enciendo la calefacción. Espero a que ella salga con su coche y la sigo. Ha sido toda una suerte encontrarme con Sophie. Seguro que intenta decirme donde está, o si le ha pasado algo.
``Joe, Sue se ha ido, necesitaba pensar, quizá vuelva cuando tenga las ideas claras.´´
Quizá. Aunque no lo creo, hay cosas que siguen sin encajar.
En realidad, ya me da igual que me haya dejado, solo quiero saber donde está, saber que está bien, es todo cuanto pido.
Llegamos y Sophie aparca junto a una enorme casa, es moderna, con unos grandes ventanales, en la calle está oscuro pero la casa está perfectamente iluminada, un gran patio con una fuente en el centro y un porche para tomar el té y ver las puestas de sol.
-¡Vaya! Así que ahora vives aquí...
-Si, un caprichito que me he permitido el lujo de darme.- dice sonriendo y me invita a entrar.
Entramos en la casa, escaleras de mármol en la entrada y un enorme recibidor, a la derecha, el salón. Esto no se parece en nada al piso donde Sophie solía vivir, cada uno hallá con sus negocios, pero según tengo entendido Sophie es camarera en un café cerca de su antigua casa. Puede que halla encontrado un trabajo mejor, no se.
 Me invita a sentarme en un sillón de color blanco, la decoración es muy minimalista, salvo varios cuadros con colores rojos o negros.

-¿Quieres tomar algo? Si no te importa voy a ponerme cómoda.- y diciendo esto se quita un abrigo que llevaba de color piel, bajo el lleva un vestido rojo, un tanto transparente que deja ver su bonita figura . Está increíble, dios ¿Pero, qué estoy pensando?.
 -Agua, gracias- digo y me sonrojo, ella se da cuenta y yo bajo la mirada.
-Te traeré vodka.
-Eh...Vale, gracias.
-Deja de darme las gracias, jajaja.- Se retira a buscar las bebidas, Sophie ha cambiado, se ve más segura de si misma, guapa.
-Aquí tienes- dice, dándome en la mano un vaso bien lleno. Se sienta a mi lado.
 - ¿cómo es qué ahora vives aquí? Si no es molestia preguntar- digo un tanto avergonzado.
-Trabajo nuevo, pagan muy bien ¿sabes?- dice mientras enciende un cigarro.
¿Ahora fuma? Pues si que ha cambiado...
-Bueno, céentame que pasa ¿Has discutido con Sue?- dice con voz tranquila y da una larga calada a su cigarrillo. Me ofrece, pero yo niego con la cabeza. Estoy realmente asombrado y no se que decir.
-Si- respondo al vuelo- bueno en realidad no...¿sabes donde está?- toma un sorbo de su vaso ya casi vacío.
-Así que se ha ido...no, no se donde está.
-Si, se ha ido.-Al decirlo siento una punzada en el estómago.
-Vaya.- dice sería, realmente asombrada.-no la creía capaz, te quería mucho.- me quería...
-Ya, eso creía yo...
-Tranquilo volverá.- dice, demasiado segura diría yo.
-¿Tú crees? pero es que...
-¿qué pasa?- me interrumpe, con los ojos como platos.
-Es todo muy raro ¿sabes? Se lo ha llevado todo, si pretendiera volver no hubiera hecho eso, ni siquiera está su nombre en el buzón. Se supone que se fue mientras yo dormía, cuando desperté ya no estaba, no se como le dio tiempo.
-Ya sabes como es Sue, impulsiva, siempre hace lo que quiere- dice intentando tranquilizarme y me sirve un poco más de vodka, mientras me sonríe y vuelve a sentarse a mi lado.- Relájate Joe, estas muy tenso- dice, apoyando sus manos cuidadosamente sobre mi espalda y empieza a masajear, la verdad es que surge efecto, lo hace de maravilla y empiezo a sentirme mucho más relajado, vuelve a hablar- Si se ha ido es porque quería estar libre, déjalo estar Joe, ya encontrarás a otra.- Esto último me descoloca.
-¡Yo no quiero a otra!¡Yo quiero a Sue! Mi Sue...- digo, sin poder contener las lágrimas.
-Hay más mujeres Joe- dice mientras comienza a resbalar sus manos por mi pecho y acerca con cuidado sus labios a mi cuello, rozándolo.
Yo me libro de ella y la miro con desprecio.
-No es el momento sophie, entiéndelo...- consigo decir.
Parece enfadada y me mira con asco y dolor de pasión contenida.
-¿Pues sabes qué?¡Que si, Sue se ha ido!¡¿Y sabes porqué?!¡Por que eres un aburrido, no llenas su vida, no le das todo lo que una mujer como mi hermana necesita! Se ha ido con otro.
Esas palabras rebolotean por mi cabeza, me siento como recién salido de una lucha de boxeo. Eso no puede ser verdad, está mintiendo, lo hace por despecho. Demasiada ira, demasiada furia contenida y celos. Y sin saber como, sin quererlo, o quizás si, abofeteo a Sophie. Ella se queda tan sorprendida como yo y se agarra la cara con la mano. Sin decir nada más me mira, su mirada lleva odio y a la vez deseo.
Me quedo completamente inmóvil y solo dejo que las lágrimas resbalen por mis mejillas, eso me calma. Salgo corriendo de aquella casa y llego hasta mi coche.
Me quedo ahí, parado, llorando y golpeando con fuerza el volante. Sue me ama, no puede haberse ido con otro, quizá yo me niego a creerlo. Sue no me ha dejado, a Sue se la han llevado ¿Pero quién? Parece un plan demasiado macabro, muy pensado, pero si se la hubieran llevado el secuestrador debería haber llamado ya ¿Y sus cosas? No entiendo nada, me estoy volviendo loco.
Si nadie iba a ayudarme tendría que hacerlo solo. Sue, espérame amor, voy a por ti.


jueves, 19 de julio de 2012

Capítulo Cuatro.

Llego a casa y cierro la puerta con un fuerte portazo, que parece casi romper los cristales.
Busco una foto enmarcada, Sue y yo, de vacaciones en Venecia, los dos subidos en una góndola. Debía enseñarle esta foto a Carl, para que la recordara. ¿dónde está? Siempre ha estado encima de la repisa junto al televisor, pero ya no está. ¿También se lo ha llevado?
Miro por todos lados y ni rastro, ni una sola foto nuestra.¿Tan grande era su deseo de marcharse?¿Tanto quería que yo la olvidara?
Voy a nuestra habitación y miro arriba del armario, donde solía estar nuestro álbum de fotos. Ahí está. Lo abajo y me paro un rato a mirar la portada. Sue lo había decorado con frases nuestras, fotos y recuerdos, pero ya no había nada. Al abrir el álbum, nada, ni una sola foto, estaba completamente vacío. Siento tanta furia en mi interior que arranco las hojas y lo parto en mil pedazos. Abro los cajones, el armario, buscando su ropa, pero no hay nada, se lo ha llevado todo. Nada en la habitación, nada en el baño, ni la cocina, nada en el saló. Nada de ella, nada de su recuerdo. Es como si se hubiera esfumado, como si realmente nunca hubiera existido. Como un cubito de hielo en la carretera en pleno agosto, evaporándose sin dejar rastro.

Rendido, me siento en la cama y con las manos en la cara, empiezo a sollozar, como un niño pequeño cuando se pierde, así estaba yo, perdido. Como un niño cuando se cae, pero esta vez, no era tan fácil levantarse. Y grito, grito fuertemente, intentando encontrar una respuesta a todo lo que está pasando.

Esto no es normal, no puede haberle dado tiempo a llevárselo todo, no sin que yo me desperatara. A lo mejor todo estaba cuando me levanté, pero no me fijé. Quizá haya venido    a recoger las cosas mientras he estado fuera.
No encaja nada y me estoy volviendo loco. Me tiro en la cama y cierro los ojos. Sue, tus ojos, tu sonrisa, tu pelo... Y nuestros proyectos de futuro, nuestros sueños, así, soñando despierto...
M he quedado dormido. ¿Qué hora es? Las 20:15 ¿Tan tarde? Joder, he dormido demasiado.
Salgo corriendo escaleras abajo, tengo que encontrar a Sue, la buscaré hasta en el fin del mundo si es necesario. Llego hasta mi coche, conduzco rápidamente, sin saber siquiera a donde voy. Me sumerjo en la velocidad con la mente en blanco. Busco un CD que ella me grabó y que yo siempre guardaba en la guantera del coche. Tampoco está. ¿También ha entrado en mi coche?.
Cuando me percato ya es medianoche, aparco en un gran llano y mi alrededor, mierda ¿dónde estoy? Solo veo oscuridad. Estoy perdido, completamente perdido ¿Qué voy a hacer ahora?
Entonces, unas luces alumbran mi rostro, no me dejan ver nada. Un coche, alguien se baja. Parece una chica, a medida que se acerca puedo distinguirle la cara. Es Sophie, la hermana de Sue.

martes, 10 de julio de 2012

Capítulo Tres.

-Si Carl, soy yo.
-¡Eh tío!¿Qué ha pasado?-pregunta preocupado, mientras me ayuda a levantarme. Carl y yo éramos amigos desde la infancia, está en mi vida desde que tengo uso de razón, siempre hemos estado juntos y lo hemos compartido todo. Era mi mejor y único amigo.
-Sue se ha ido, me ha dejado.
-¿Quién es Sue?¿Otro de tus rollitos de una noche?- Parece asustado, como si realmente no supiera quien es.
En ese momento se para el tiempo, es imposible que él no la recuerde, comimos en su casa hace dos días, ella estaba preciosa con su vestido rojo.
-Carl ¿Estás bien?¿No recuerdas a Sue?
-No, no conozco ninguna Sue y menos que sea novia tuya, vamos Joe, tú nunca has tenido novia en serio.-Carl siempre había tenido muy mala memoria, pero esto ya era demasiado.
-Carl.-Digo, serio, y creo que se nota demasiado el tono de desesperación en mi voz.-Llevo con Sue dos años, Carl, íbamos a casarnos. Comimos en tu casa hace dos días, ¡Dos putos días joder! y tu ¿no la recuerdas?.
-Mira Joe, relájate. ¿qué te parece si entras en el coche, dejamos de mojarnos y vamos a mi casa, allí me cuentas todo tranquilamente?
Obedezco totalmente desconcertado y sin ganas de discutir sobre el tema en plena calle. La verdad era que hacía bastante frío, el agua empezaba a calarme los huesos.
Durante el trayecto no abro la boca, ninguno de los dos dice nada. Yo me limito a pensar, a intentar encajar piezas, pero no encuentro ninguna respuesta a todas mis preguntas.
Y entonces me pierdo en mis recuerdos, transporto mi mente días atrás, intentado, por casualidad, encontrar algún motivo, algo que me pueda decir donde está Sue. ¿Habrá otro? No. Eso es imposible. ¿Qué pasó antes de ayer?
Tenía el día libre, me levanté tarde, pues estuve toda la noche pensando una idea para el proyecto del señor Patterson, me desperté a la una del mediodía y sobre la mesita de noche, una nota de color rosa, en forma de corazón: ``Joe, amor, como no despertabas me he ido. Voy a salir a comer con una amiga, tienes tu almuerzo en la nevera. Te quiero. Sue.´´
Me dirigí a la cocina y una vez allí abrí el frigorífico, en un taper, otra nota: ``Con amor, Sue.´´
Recalenté el pollo, aparentemente todo normal, o quizá no ¿estuvo realmente con una amiga o preparando su huida con otro?¡¿Pero que tonterías digo?! No puede ser, no lo soportaría..
.
-Joe ya hemos llegado.
Subimos hasta el tercer piso,donde vivía Carl, abre la puerta y deja las llaves sobre una mesita en la entrada.
-¿Te apetece un wisky?
Asiento y me dispongo a acomodarme en su sofá de cuero blanco, me trae el vaso y se sienta justo delante mio, en un sillón de color lila. Tras un largo silencio, dice:
-¿A ver, que ocurre?
Me quedo pensando un momento, pensando en su extraña reacción al mencionarle a Sue.
-Es Sue...no está, creo que se ha ido, verás...ayer discutimos, pero, no se, estaba rara, pero acabamos aclarando las cosas ¿sabes?
Ni se inmuta, no veo una sola mueca en su rostro.
-Ya...-se queda en silencio, mirando como los hielos chocan contra el vaso y bebe un largo sorbo, no me mira.-¿Y cuanto tiempo dices que llevabas con la tal Sue?.
No podía creer esas palabras, es como si realmente no supiera quien es, como si no la conociera.
-Llevo con Sue dos años, Carl, estuvimos aquí el jueves.
Está muy serio, se levanta y me sirve más wisky. Me mira asustado.
-¿Y si por casualidad lo has soñado Joe?, veras, el jueves estuvimos tu y yo toda la noche en la bolera.
Me trataba como un loco, no se si estaba intentando reírse de mi ¿un sueño? ¿Pero de que habla?. Me levanto, cojo mi chaqueta y salgo por la puerta. Me agarra el brazo.
-Espera Joe, estás mal.
-Gracias por tu ayuda Carl, has demostrado ser un buen amigo.- no se si se nota demasiado el sentido irónico, pero no me importa. Bajo las escaleras y me pierdo entre las sombras de aquella fría mañana, ha dejado de llover aunque sigue haciendo frío. Voy andando hasta la casa de Sophie, donde había dejado el coche.
Al llegar, me siento frente al volante y miro la hora, las 15:30 ¿Ya?¿Pero cuanto tiempo he estado en casa de Carl?
Al ver mi móvil, siento una imperiosa necesidad de llamarla, y la llamo.
Un pitido raro ``El número que usted marca no existe, por favor vuelva a intentarlo.´´ me habré equivocado, vuelvo a intentarlo, el mismo mensaje.
¿Se ha cambiado de número? Lo que me faltaba.
Conduzco rápidamente por las calles de New York, un sentimiento enorme de soledad se apodera de mi y las lágrimas apenas me dejan ver atravez del cristal. Carl no podrá volver a negarme que existe.

miércoles, 4 de julio de 2012

Capítulo Dos.

Entro en el coche y me pongo el cinturón velozmente, bajo la ventanilla y arranco. El día se está poniendo cada vez más sombrío, las nubes apenas dejan ver un rayo de sol. Ensimismado en mis pensamientos dejo que el aire me golpee fuertemente la cara y noto la velocidad más que nunca. Me dirijo a la casa de la hermana de Sue , Sophie.
Sophie vivía en un pequeño piso en el centro de New York, tenía un estilo antiguo y conservador, con pocos muebles. Sophie era todo lo contrario a su hermana Sue, Sue era divertida y desvergonzada, natural, espontánea, moderna y original. Ella lo tiene todo.
Te encontraré Sue, no voy a dejar escapar lo mejor que he tenido en la vida.
Voy tan rápido que casi no noto el  zumbido del móvil. Me pongo nervioso y me tiemblan las manos, no quiero distraerme de la carretera así que me paro en el cruce más cercano. Número oculto.¿Será Sue? Tras pensarlo varios minutos, decido cogerlo.
-¿Sue?
-Jajajajaja-Una voz aspera, de hombre, resuena en la otra línea.
-¿Quién es?-Pregunto confuso.
-Soy el Señor Patterson.-Mi jefe, uno de los peces gordos de una multinacional, dedicada a la publicidad de cualquier producto que pueda estafar a los ciudadanos de este país, yo tan solo soy su secretario.
-¡Ah! Hola Señor Patterson ¿qué tal?
-Bien, oye ¿puedes entregarme unos papeles esta tarde? Se que es tu día de descanso, pero me urge, tengo que viajar mañana por la noche.
-Está bien, ¿qué necesita?
-Quiero todos los informes y contratos de toda la actividad que hayamos tenido en la empresa este año, así como tus ventas personales y el proyecto en el que estabas trabajando.
-Pero trabajar en todo eso me llevará más de una semana.
-Lo quiero para hoy, recuerda que me debes algunos favores y no te conviene hacerme esperar.
-No lo haré.-Cuelga.
Tendría que trabajar muchísimo para preparar todo eso para hoy, la verdad es que nada de eso me importaba ahora. Tenía que encontrar a Sue.
Sigo conduciendo hasta que llego a la casa de Sophie. Delante del enorme rascacielos que se alza ante mi, toco el timbre.
-¿Está Sophie?
-Aquí no vive ninguna Sophie.-la voz era de hombre y Sophie vivía sola.¿Se habría mudado?
-Me habré equivocado, lo siento.
De repente, noto la primera gota de lluvia caer sobre mi nariz y comienza a llover cada vez más fuerte. Sin ánimos ni esperanza, comienzo a ver mi realidad, Sue me había dejado. Empiezo a sollozar y me derrumbo, caigo al suelo y comienzo a gritar su nombre:
-¡Sueeee!- Llorando, empapado por la lluvia, vuelvo a llamarla.-Sueeee...vuelve, vuelve por favor.
-Sue-entre gemidos me arrastro por el suelo y me acurruco en un rincón.
Y entonces...
-Joe ¿eres tú? -Una voz cercana, la oigo y la conozco, pero no puedo ver su rostro, las lágrimas y la lluvia me cubren.Intento levantarme pero vuelvo a caer.