martes, 10 de julio de 2012

Capítulo Tres.

-Si Carl, soy yo.
-¡Eh tío!¿Qué ha pasado?-pregunta preocupado, mientras me ayuda a levantarme. Carl y yo éramos amigos desde la infancia, está en mi vida desde que tengo uso de razón, siempre hemos estado juntos y lo hemos compartido todo. Era mi mejor y único amigo.
-Sue se ha ido, me ha dejado.
-¿Quién es Sue?¿Otro de tus rollitos de una noche?- Parece asustado, como si realmente no supiera quien es.
En ese momento se para el tiempo, es imposible que él no la recuerde, comimos en su casa hace dos días, ella estaba preciosa con su vestido rojo.
-Carl ¿Estás bien?¿No recuerdas a Sue?
-No, no conozco ninguna Sue y menos que sea novia tuya, vamos Joe, tú nunca has tenido novia en serio.-Carl siempre había tenido muy mala memoria, pero esto ya era demasiado.
-Carl.-Digo, serio, y creo que se nota demasiado el tono de desesperación en mi voz.-Llevo con Sue dos años, Carl, íbamos a casarnos. Comimos en tu casa hace dos días, ¡Dos putos días joder! y tu ¿no la recuerdas?.
-Mira Joe, relájate. ¿qué te parece si entras en el coche, dejamos de mojarnos y vamos a mi casa, allí me cuentas todo tranquilamente?
Obedezco totalmente desconcertado y sin ganas de discutir sobre el tema en plena calle. La verdad era que hacía bastante frío, el agua empezaba a calarme los huesos.
Durante el trayecto no abro la boca, ninguno de los dos dice nada. Yo me limito a pensar, a intentar encajar piezas, pero no encuentro ninguna respuesta a todas mis preguntas.
Y entonces me pierdo en mis recuerdos, transporto mi mente días atrás, intentado, por casualidad, encontrar algún motivo, algo que me pueda decir donde está Sue. ¿Habrá otro? No. Eso es imposible. ¿Qué pasó antes de ayer?
Tenía el día libre, me levanté tarde, pues estuve toda la noche pensando una idea para el proyecto del señor Patterson, me desperté a la una del mediodía y sobre la mesita de noche, una nota de color rosa, en forma de corazón: ``Joe, amor, como no despertabas me he ido. Voy a salir a comer con una amiga, tienes tu almuerzo en la nevera. Te quiero. Sue.´´
Me dirigí a la cocina y una vez allí abrí el frigorífico, en un taper, otra nota: ``Con amor, Sue.´´
Recalenté el pollo, aparentemente todo normal, o quizá no ¿estuvo realmente con una amiga o preparando su huida con otro?¡¿Pero que tonterías digo?! No puede ser, no lo soportaría..
.
-Joe ya hemos llegado.
Subimos hasta el tercer piso,donde vivía Carl, abre la puerta y deja las llaves sobre una mesita en la entrada.
-¿Te apetece un wisky?
Asiento y me dispongo a acomodarme en su sofá de cuero blanco, me trae el vaso y se sienta justo delante mio, en un sillón de color lila. Tras un largo silencio, dice:
-¿A ver, que ocurre?
Me quedo pensando un momento, pensando en su extraña reacción al mencionarle a Sue.
-Es Sue...no está, creo que se ha ido, verás...ayer discutimos, pero, no se, estaba rara, pero acabamos aclarando las cosas ¿sabes?
Ni se inmuta, no veo una sola mueca en su rostro.
-Ya...-se queda en silencio, mirando como los hielos chocan contra el vaso y bebe un largo sorbo, no me mira.-¿Y cuanto tiempo dices que llevabas con la tal Sue?.
No podía creer esas palabras, es como si realmente no supiera quien es, como si no la conociera.
-Llevo con Sue dos años, Carl, estuvimos aquí el jueves.
Está muy serio, se levanta y me sirve más wisky. Me mira asustado.
-¿Y si por casualidad lo has soñado Joe?, veras, el jueves estuvimos tu y yo toda la noche en la bolera.
Me trataba como un loco, no se si estaba intentando reírse de mi ¿un sueño? ¿Pero de que habla?. Me levanto, cojo mi chaqueta y salgo por la puerta. Me agarra el brazo.
-Espera Joe, estás mal.
-Gracias por tu ayuda Carl, has demostrado ser un buen amigo.- no se si se nota demasiado el sentido irónico, pero no me importa. Bajo las escaleras y me pierdo entre las sombras de aquella fría mañana, ha dejado de llover aunque sigue haciendo frío. Voy andando hasta la casa de Sophie, donde había dejado el coche.
Al llegar, me siento frente al volante y miro la hora, las 15:30 ¿Ya?¿Pero cuanto tiempo he estado en casa de Carl?
Al ver mi móvil, siento una imperiosa necesidad de llamarla, y la llamo.
Un pitido raro ``El número que usted marca no existe, por favor vuelva a intentarlo.´´ me habré equivocado, vuelvo a intentarlo, el mismo mensaje.
¿Se ha cambiado de número? Lo que me faltaba.
Conduzco rápidamente por las calles de New York, un sentimiento enorme de soledad se apodera de mi y las lágrimas apenas me dejan ver atravez del cristal. Carl no podrá volver a negarme que existe.

2 comentarios:

  1. joder que wapo si la persona que tu amas desapareciera uff eso es pero que mil lanzas clavadas en el corazon

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  2. Me encanta la novela :D esta muy bien, sigue así!
    para cuando el siguiente capi?
    besos(L

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